Aunque el feminismo es un movimiento con raíces profundas en la lucha por la igualdad, su percepción pública en México, y en muchas partes del mundo, a menudo oscila entre el malentendido y el estereotipo. Para algunos, se asocia a la idea de "empoderamiento" tipo girl power; para otros, a visiones radicalizadas que poco tienen que ver con su esencia. Por ello, ThinkNow llevó a cabo un estudio cuantitativo entre una muestra representativa de mujeres mexicanas para explorar cómo viven, entienden y sienten hoy el feminismo y la igualdad de género.
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A pesar de que gran parte de las encuestadas comparte los valores de equidad y justicia que el feminismo defiende, solo 3 de cada 10 mujeres en México se identifican abiertamente como feministas. El término “feminismo” tiene historia y fuerza, pero también genera cierta distancia, especialmente en los niveles socioeconómicos bajos.
Las percepciones son diversas: las generaciones mayores y mujeres de NSE ABC+ tienden a asociarlo con la equidad, mientras que las generaciones más jóvenes, como la Gen Z, lo vinculan más con la eliminación de la discriminación.
Si bien el 8 de marzo es ampliamente conocido, solo 4 de cada 10 mujeres reportaron haber participado en algún evento relacionado. Esta desconexión se acentúa entre mujeres de NSE D+/D/E y la Generación X.
Más allá de etiquetas, lo que realmente une a las mujeres mexicanas es la urgencia de atender la violencia de género. Independientemente de edad o nivel socioeconómico, esta fue señalada como la prioridad número uno, junto con la igualdad salarial y el acceso a la justicia para víctimas. Incluso entre quienes no se identifican con el feminismo, hay conciencia de que los desafíos estructurales existen. La búsqueda de seguridad no es ideológica: es una necesidad.
La mitad de las mujeres ha enfrentado algún desafío relacionado con su género en el ámbito personal o profesional. Pero al preguntar por el nivel de desigualdad en su entorno, las opiniones se dividen: cerca del 50% lo percibe como “muy alto” o “moderado”, mientras que 4 de cada 10 lo ven de forma neutral. La experiencia no siempre se traduce en una percepción consciente de desigualdad.
El feminismo en México no está siendo rechazado por lo que propone, sino por lo que proyecta. Hay ruido alrededor del término, pero también hay esperanza. Muchas mujeres que no se identifican como feministas sí defienden sus principios: justicia, equidad, libertad.
Tal vez el primer paso no sea pedir etiquetas, sino abrir espacios donde la conversación sea posible. Porque entre la confusión y la conciencia, lo que no se puede perder es la urgencia de avanzar.
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